Llevamos años escuchando cada cierto tiempo esta aparente intención que nunca pasa de ser un brindis al sol.
Exigimos a la responsable de la Hacienda local que deje los anuncios y se ponga a trabajar realmente en este tema.
Desde el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, queremos afear al PP local el discurso ofrecido estos días a nivel nacional en presencia de sus “hermanos mayores” de otras autonomías y de sus líderes nacionales.
La responsable de la Hacienda local, ha manifestado, sin ningún rubor, que para el caso específico de Ceuta se pretende que dentro de esa negociación del sistema de financiación autonómica “el PP pida un sistema específico para las ciudades de Ceuta y Melilla, debido fundamentalmente a los especiales condicionantes que tienen ambas ciudades autónomas, como nuestro reducido tamaño, la falta de recursos naturales, la falta de suelo y la necesidad de la reconversión de nuestro sistema económico, toda vez que, hace ya un tiempo, la frontera está prácticamente cerrada al tránsito de mercancías”.
Y decimos que lo hace sin ningún rubor porque hablar de los especiales condicionantes como si fuera una novedad, es reírse de todos los ceutíes o tomarnos por tontos y no se puede guardar silencio ante ninguna de ellas.
Parece que la sra Chandiramani, aún participando en el ejecutivo local desde la adolescencia ignora que la financiación autonómica local nunca ha ocupado suficientemente a sus compañeros de filas, al menos por lo que respecta a nuestra ciudad. Ni siquiera cuando al frente del Gobierno de España estaba el Partido Popular que poco o nada hizo por atender las necesidades específicas de nuestra tierra.
Al máximo nivel, Ceuta ha ido cual pedigüeña en las últimas décadas en vez de exigir que nos solucionen los problemas que son responsabilidad del Estado. El problema radica en cómo deben de financiarse esos servicios básicos que los ceutíes deben recibir la misma calidad que el resto de los españoles.
Y la solución de esto siempre, no ahora, sino desde el minuto uno hemos dicho por parte del Movimiento, por activa y por pasiva, en público y en privado, que pasa por elaborar una base documental precisa que recoja, por ejemplo, una evaluación del coste de los servicios transferidos, la cantidad que se recibe del Estado por parte de Ceuta, una comparación del nivel de esos servicios con los estándares nacionales, etcétera. Porque no es de recibo que como decimos muchísimos años después, el ejecutivo local desconozca cuanto nos cuestan esos servicios y porque si no lo sabe, es imposible precisar si lo que recibimos es suficiente para sostenerlos.
Por ello nos parece que si realmente le importa al ejecutivo local la financiación autonómica, debería empezar por hacer su parte de los deberes, y no seguir año a año repitiendo anuncios y retahílas que no sirven más que para ocupar páginas en los periódicos sin ser una verdadera declaración de intenciones.
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